Sin existencias
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El abogado en México ha vivido la evolución del sistema jurídico
Esta evolución ha sido como todas, lenta, predecible, cómoda y en la mayoría de los casos necesaria, desde la constitución de 1917 nuestro sistema jurídico ha presentado cambios notables en todas sus materias: se ha emitido la Ley de Reforma agraria para ser sustituida después por la Ley agraria, del Código civil se derivaron leyes tales como la Ley de operaciones y títulos de crédito y el Código mercantil, de la Ley federal del trabajo se originó la Ley del Fondo Nacional de la Vivienda y la Ley del Seguro Social, y recientemente se han creado leyes ecológicas y del uso del Ciberespacio, sin embargo, el litigio había conservado el espíritu original que nos obligaba tan solo a conocer las leyes nuevas y simplemente, aplicar los viejos preceptos de la Teoría General del Proceso
Salvo raras excepciones como el Derecho Laboral y el agrario, el litigio escrito nos permitía escudarse en la comodidad del papel y la tinta, para simplemente repetir las fórmulas que aprendimos, si no en la Facultad, sí en los Tribunales y en los juzgados, los que vivimos el paso de la máquina de escribir a la computadora, incluso descansamos de aquellos alegatos, demandas y conclusiones que nos obligaban a memorizar las partes de un escrito, tan solo nos ocupamos de sustituir algunas palabras de ocursos ya realizados anteriormente, provocándose en el mejor de los casos la comodidad de realizar demandas en minutos y en el peor de los casos, llevarnos a la pereza mental
Sin embargo, este sistema fue siempre digno, especial, caballeroso, nuestro; nos permitía enviar a nuestros soldados en forma de escritos que demostraban al contrincante las armas que portamos y al evitar una cruenta confrontación cara a cara, nos permite saludar al abogado de la parte contraria con la conciencia tranquila
Es innegable que cuando veíamos películas o series policíacas extranjeras, todos sentíamos la curiosidad de cómo sería el deponer ante un Tribunal para convencerlo de la inocencia de nuestro cliente
¿Qué se requiere? ¿Una buena voz? ¿Capacidad histriónica? ¿Presencia escénica? la pregunta que nos hicimos y casi siempre nos contestábamos negativamente era: ¿Sería aplicable en nuestro país? ¿Sería conveniente? pues listos o no, y cualquiera que haya sido la respuesta que brincó en nuestra mente, ya está aquí, el Sistema Acusatorio o Adversarial nos alcanzó y no importan las protestas de los colegios, ni los votos en contra de muchos legisladores, tenemos que afrontar la realidad de que en poco, muy poco tiempo, estará funcionando en todo el país, junto con todas las reformas y cambios de mentalidad y filosofía que trae aparejado
Esta realidad nos lleva a otra problemática que estriba básicamente en la aplicación de las reglas nuevas que debemos observar, no solamente el procedimiento penal o la Ley Orgánica del Poder Judicial o del Ministerio Público: el Código de Procedimientos Penales no nos proporciona la forma real de las audiencias, así como los Códigos anteriores no indican la forma de los escritos, los nuevos no detallan la secuencia ni las formalidades de los actos procesales, no basta estudiar de nuevo el Código único de Procedimientos Penales, la mayoría verá el cambio como cualquier otro y pensará simplemente en ir adaptándose conforme se den las situaciones, pero la experiencia de los primeros Estados que lo están aplicando, nos dice que no podemos esperar a “comprar el pollo para cocinarlo”, debemos tomar la delantera y estar listos con el horno encendido y los ingredientes adecuados para evitar ser sorprendidos
Necesitamos todas las herramientas necesarias, reconocidos juristas de todo el país y sobre todo extranjeros, han escrito libros que nos explican qué es, el Código Nacional de Procedimientos Penales nos habla como siempre de términos, de principios, de reglas; lo que necesitamos es conocer las realidades, es decir, ya nos dijeron el cuándo y el qué, solo falta el cómo
El Derecho Penal ha sido tradicionalmente el derecho del pueblo, la Constitución permite ser defendido por persona de su confianza o por sí, es en los asuntos criminales donde sentimos que hacemos justicia, y donde los resultados son más notorios, tal vez parezca que pecamos de pesimistas, pero en los Estados de la República donde se aplica actualmente el sistema acusatorio, es una realidad que abogados con todos sus diplomados y maestrías, y que gozan de gran prestigio en la comunidad jurídica, se han visto sorprendidos o hasta ridiculizados en plena audiencia, por jueces que les han pedido abandonar la Defensa por desconocer el nuevo sistema, también es una triste realidad que en estos estados es el Defensor público o de oficio el que lleva hasta el 98% de los asuntos penales, dando esto una incertidumbre sobre la administración de la justicia en virtud de que los abogados particulares, los litigantes de siempre, no estamos interiorizados con los procedimientos