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Al analizar la teoría del caso y las técnicas de litigio me parece preocupante una propuesta acrítica al modelo sajón. Puedo asegurar que el fracaso del modelo acusatorio para México está en utilizar técnicas de litigio que tratan al juez y al tribunal como si fuera un jurado. Sin embargo, preferimos aprender y ensenar estas que las que se requieren para comprender la audiencia de control de la detención y la de vinculación a proceso, de especial importancia en nuestro medio. La teoría del caso no nació en el modelo sajón como un método de estudio del caso un organizador del estudio de los expedientes yo de los registros de la investigación un modelo para desglosar hipótesis fácticas, jurídicas y probatorias la forma de encontrar en los papeles la realidad del tipo penal sino, como una historia. La teoría del caso norteamericana si es una historia, una versión de los hechos, es la exposición que hacen las partes del proceso penal a un gran jurado. Por eso se han confundido la mayoría de los juristas latinoamericanos y, algunas pocas legislaciones, con esos conceptos. Porque el jurado de ciudadanos no entiende de teoría del delito, no entiende de hecho delictivo, no entiende el hecho que se adecua a un tipo penal menos aun de los elementos del delito yo de su definición como acción típica, antijurídica, culpable y punible. Por eso, se hace necesario convencer al jurado con una historia que igualmente los persuada. ¿Es una historia que persuada lo que queremos para el proceso mexicano? ¿Vamos a admitir una posición acrítica del modelo sajón para México? ¿Basta admitir con esa teoría un planteamiento metodológico? ¿La solución del problema de la delincuencia esta en las técnicas? ¿Es cierto que el problema del sistema de justicia penal es ausencia de derecho, de derechos humanos, de debido proceso, de conocimiento de la teoría del delito? ¿Puede superarse todo ese conocimiento con una teoría del caso? ¿Debe México copiar la teoría del caso para abrir el debate de juicio yo para organizar el proceso yo debe asumir una posición más propia de la teoría? ¿Debemos asumir en México esa figura?